Jamás se me habría ocurrido querellarme contra Rubianes, entre otras
cosas para evitar las posturitas de un juez del estilo de las que
describe el auto que exculpa al cómico. Ahora bien: El Mundo tiene razón
en su crítica a ese auto, en especial cuando distingue entre lo que
dijo Rubianes por televisión (Puta España!) y lo que al parece le dijo a
la señora magistrada (Puta Paña!). En el último párrafo del editorial
el periódico se pregunta: "¿Hubiera fallado en el mismo sentido si
alguien hubiera dicho de Cataluña en otra televisión lo mismo que
Rubianes dijo de "la puta España?" La hipótesis merece completarse.
Porque lo verdaderamente significativo es que los problemas habrían
existido aunque alguien se hubiera referido explícitamente a la "puta
Cataluña nacionalista". Nadie habría distinguido entre esa Cataluña y
cualquier otra Cataluña. Como por cierto no distinguió ni distingue ni
distinguirán los rubianes en relación a España, siempre una, siempre
grande y siempre puta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario